No desperdicies tu período fértil


Algunas veces, podemos pensar
que es algo obvio y de sentido común que una mujer, que desee tener un bebé, empiece por conocer cuál es el momento más fértil para ella, sin embargo, las estadísticas nos demuestras que esto no es totalmente cierto, ya que hasta un 30% de las parejas se encuentran con dificultades para concebir, por el simple hecho de no conocer este dato y, como consecuencia, no mantener relaciones íntimas en el momento que son más fértiles.

Cuando hablamos de ovulación, hacemos mención al hecho de que uno de los ovarios libere un óvulo maduro; óvulo que tiene el potencial de ser fertilizado por un espermatozoide. Este óvulo baja por la Trompa de Falopio, hasta llegar al útero. Si llega al útero sin haber sido fecundado, muere y transcurridas unas dos semanas, te bajará la regla.  

De un modo genérico, el proceso y los tiempos (teniendo siempre presente la variación en la duración de los ciclos de cada mujer y  que la ovulación sea correcta) serían los siguientes:

El día 1 del ciclo, es el primer día de la menstruación.

Sobre el día 5 del ciclo, el óvulo empieza a crecer hasta conseguir el tamaño adecuado. Una vez alcanzado ese tamaño, hablamos de “óvulo maduro” y ese óvulo se desprende del ovario.

Entre el día 7 y el 12, el revestimiento uterino se prepara para la implantación del óvulo fecundado.

El día 14, el óvulo es liberado y baja a través de las Trompas de Falopio.  Si durante ese trayecto, un espermatozoide penetrase la membrana de ese óvulo, sería fecundado y, el siguiente paso, sería la implantación; implantación que se produciría  en ese revestimiento que se fue formando en el útero a lo largo del ciclo. Esto es lo que da como resultado el embarazo. Por el contrario, si el embarazo no se llegase a producir, te bajaría el período.



Por tanto, para  poder determinar cual es  el momento en que se produce tu ovulación, y de este modo, poder saber cuales son tus días más fértiles a lo largo de tu ciclo, tienes que conocer el momento de tu ovulación. Para ello, existen diversos métodos, de los cuales, puedes elegir el que mejor se adapte a ti.

Ahora podrás comprender mejor lo importante que es que tengas relaciones sexuales completas desde unos tres días antes de que se produzca la ovulación, el mismo día de la ovulación y un par de días después de ovular. 






Primer consejo: conoce tu ciclo ovulatorio



Como ya hemos comentado, aunque el hecho de quedarse embarazada, resulte un tanto complicado para muchas mujeres, también es cierto que existen muchas técnicas y diversos consejos que, si pones en práctica, pueden ayudarte a que tu tiempo de espera se acorte sustancialmente.

Entre las primeras recomendaciones que queremos poner a tu alcance, para que puedas quedarte embarazada rápidamente, o al menos, en el mínimo tiempo posible, es el análisis pormenorizado y conocimiento exhaustivo de tu ciclo ovulatorio. Si conoces el día exacto  del mes en el que se produce tu ovulación, y mantienes relaciones sexuales completas ese día, junto con los días anteriores y posteriores, las probabilidades de que te quedes embarazada se van a ver incrementadas significativamente.
Si tus períodos son regulares, te resultará mucho más fácil calcular tu período más fértil. Para calcular el momento de tu ovulación, sólo tienes que restar de 12 a 16 días a la fecha prevista para la próxima menstruación. Te damos algunos ejemplos a continuación:
En un ciclo que dure entre 23 y 25 días, la fecha prevista para la ovulación se producirá en el día 9 ó 10 del ciclo.
En un ciclo que dure 28 días, la fecha prevista para la ovulación se producirá en el día 14 ó 15 del ciclo.
En un ciclo que dure entre 30 y 35 días, la fecha prevista para la ovulación se producirá en el día 15 ó 16 del ciclo.
En cambio, cuando los ciclos son irregulares, es aconsejable realizar analíticas hormonales o utilizar algún test de ovulación, para conocer exactamente el momento en el que se produce la ovulación.
La fecundación se produce cuando uno de los espermatozoides consigue llegar y penetrar la membrana que recubre al óvulo. Ese óvulo tan sólo tiene una vida media de unas 48 horas, mientras que el promedio de vida de los espermatozoides, en el cuerpo de la mujer es de unas 72 horas. Por ello, el momento más fértil se produce en ese momento exacto en el cual se produce la ovulación, y se prolonga hasta, aproximadamente las 48 horas posteriores.

Es importante que mantengas relaciones sexuales, desde los tres días antes de que preveas el día de tu ovulación, hasta los dos días posteriores a que esta se produzca, te recomendamos que lo hagas en días alternos ya que de este modo daréis tiempo a que el conteo de espermatozoides en el líquido seminal se recupere adecuadamente. También es muy importante que tengáis en cuenta, que, antes de la proximidad a la ovulación, no debe transcurrir demasiado tiempo de abstinencia, ya que la calidad y cantidad de los espermatozoides puede verse afectada.

Otra forma de lograrlo es manteniendo relaciones sexuales unas tres veces por semana durante todo el ciclo, de este modo, aunque no conozcas exactamente el momento de tu ovulación, las posibilidades de que coincida el espermatozoide con el óvulo son muy altas. Esta técnica quizás resulte más pesada, pero es perfectamente válida.

Si sigues este sencillo consejo, tus posibilidades de que te quedes embarazada van a verse potenciadas.











Efectos de la medicación convencional

Antes de acudir a técnicas invasivas, antes de tomar la decisión de utilizar cualquiera de las diversas técnicas basadas en tratamientos invasivos y medicamentos farmacológicos, cuyos efectos secundarios no están perfectamente controlados y, posiblemente no se sabrán hasta que transcurran muchos años, has de tratar de conseguir este objetivo seleccionando aquellos medios más naturales que la naturaleza pone a nuestro alcance, o que nosotros mismos podemos llevar a cabo.



 Muchas veces se trata de un simple cambio de estilo de vida, o cambios en nuestros hábitos alimentarios, soluciones saludables y económicas que te pueden ayudar a quedarte embarazada.








Busca un enfoque integral y holístico


 Por tanto, si ya llevas cierto tiempo tratando de quedarte embarazada y ese embarazo no llega, quizás sea el momento de empezar a buscar la información necesaria y poner en práctica todos los  trucos y métodos naturales, y técnicas no invasivas que estén a tu alcance, y hacerlo de un modo integral y holístico, con el objetivo de poder dar a tu cuerpo todas las oportunidades posibles. Ese objetivo se logra cuando eres capaz de ayudar a tu propio cuerpo a relajarse y a estar perfectamente sano para lograr su máximo potencial, tanto físico como psíquico y así,  hacer posible que te quedes embarazada y lleves a término tu embarazo de la forma más segura posible, tanto para ti como para tu bebé.

El objetivo fundamental para ti, en este momento, debe de ser el cuidarte física y psicológicamente, ya que todos los órganos de tu cuerpo están interrelacionados entre ellos, lo que hace que cualquier trastorno, dolencia o mal funcionamiento de alguno de ellos, puede estar repercutiendo negativamente en tu aparato reproductor y hacer imposible que te quedes embarazada.

Debes tratar de encontrar las causas reales que te están impidiendo quedarte embarazada, debes descubrir la forma efectiva de tratar ese problema concreto y poner todos los medios a tu alcance para curarte y, de este modo, hacer que todos los órganos de tu cuerpo cumplan su trabajo adecuadamente y no interrumpan el ciclo normal de funcionamiento de todo tu organismo.


Te deseamos las mayores bendiciones en esta fantástica aventura, y ten siempre muy presente que... sino visualizas tu sueño, nunca podrás alcanzarlo...












Quedarse embarazada requiere tiempo


No esperes quedarte
embarazada “de un día para otro”. En primer lugar, el complejo proceso que lleva a cabo tu aparato reproductor para poder prepararse para concebir un nuevo ser, requiere que se produzcan una serie de circunstancias y factores tan concretos y determinantes, que hacen que el porcentaje de posibilidades de quedarte embarazada en cada uno de tus ciclos ovulatorios, no sea demasiado alto. De hecho, para muchas mujeres les va a llevar varios meses, incluso años, el quedarse embarazadas.

Generalmente, una pareja sana y con una edad de entre los 20 y 25 años (es la edad más fértil, tanto en el caso de los hombres como en el de las mujeres), que no tenga ningún problema de fertilidad  y que no esté utilizando ningún método anticonceptivo, tiene aproximadamente un 25% de posibilidades de concebir por cada ciclo menstrual, llegando a una tasa acumulativa de un 80% a lo largo de un año. Lo cual significa que cuenta con una posibilidad concepción de un 25% en cada uno de los ciclos.

Sin embargo, las posibilidades de concepción  disminuyen a medida que la edad aumenta. Y así, nos encontramos con que, una mujer que tenga entre 30 y 35 años contará con tal sólo un 15% de probabilidades para quedarse embarazada por cada ciclo menstrual, y las estadísticas nos muestran que la mitad de aquellas que ya han cumplido los 40 años, tienen problemas de fertilidad. Aunque siempre vamos a tener en cuentas que muchos de estos problemas van a poder tratarse de una forma eficaz, de hecho las estadísticas muestran como después de trascurridos 18 meses, el 90% de las parejas que están buscando un bebé, han logrado concebir.


Si llevas intentando quedarte embarazada desde hace un más de un año, tampoco quiere decir que algún miembro de la pareja tenga algún problema grave, pero sí te recomendamos que visites a un especialista. Sin embargo, si el diagnóstico te anuncia algún problema de fertilidad, ten siempre presente que existen diferentes métodos y técnicas, muchos de ellos completamente naturales y sencillos, que pueden ayudarte a ti y a tu pareja, del mismo modo que han ayudado a miles de hombres y mujeres en todo el mundo a solucionar sus problemas de infertilidad.




Existen opciones para incrementar las posibilidades de quedarte embarazada

En esta página vamos a tratar de referir las diferentes opciones que existen para incrementar las posibilidades de conseguir tu embarazo de  la forma más natural posible.

Os hablaremos sobre  diversos trucos, consejos y remedios naturales, que podéis llevar a cabo y poner en práctica, tanto en el caso del hombre como de la mujer,  y cuyo objetivo final es ayudaros a lograr ese deseo que ronda vuestras vidas actualmente y que no deja de ser completamente justo y digno: experimentar en carne propia la maravillosa experiencia de la maternidad y de la paternidad, o incluso, para aquellos que ya habéis tenido hijos anteriormente, ayudaros a lograrlo una vez más.  

Por lo tanto, vamos a enumerar las posibilidades existentes para incrementar la fertilidad de un modo natural. Os daremos diversos remedios naturales, ampliamente conocidos y experimentados por miles de mujeres en todo el mundo; remedios que, a lo largo del tiempo han demostrado su gran efectividad, abriéndonos una ventada de esperanza y positivismo. Veremos como, en muchas ocasiones, tan sólo se trata de cambiar ciertos hábitos  alimenticios y conductas cotidianas.





  • Queremos hacer hincapié en que el material que aquí aportamos tiene un carácter meramente informativo y no debe substituir en ningún momento la consulta y el diagnóstico o tratamiento establecido por su médico. La utilización de plantas medicinales no debe ser llevada a cabo sin previamente consultar con un naturópata certificado. En caso de duda, y especialmente si está recibiendo o va a recibir medicación, consulte con un profesional titulado de la salud






Cuando empiezas a intuir dificultades para quedarte embarazada


Tú y tu pareja ya lo tenéis decido, habéis visitado a vuestro médico, abandonáis cualquier método anticonceptivo que pudieseis estar utilizando y día tras día buscáis ese embarazo tan deseado.

La vida humana comienza de un modo que, en un principio, no parece tan complicado: uno de los ovarios expulsan cada mes un óvulo, al mantener relaciones sexuales regularmente, propiciaremos a que miles de espermatozoides masculinos naden a toda velocidad al encuentro de ese óvulo y el que primero lo alcance, sólo tiene que atravesar su membrana y éste será fecundado. 

Todos conocemos parejas a las que el concebir un hijo les resulta muy sencillo, una vez que dejan de utilizar métodos anticonceptivos, lo consiguen en muy poco tiempo, algunas de un modo inesperado y sin ni siquiera buscarlo. Sin embargo, esto no es lo más habitual.

Según estudios llevados a cabo y según podemos comprobar día a día a nuestro alrededor o en nosotras mismas, sin ir mucho más lejos, las posibilidades reales de que una mujer se quede embarazada no son muy altas. Muchas veces, la idea tan popular de que es muy fácil quedarse embarazada, además de incierta, puede llegar a convertir el camino de la concepción en algo muy estresante.

A nuestro alrededor vemos como  amigas de la infancia, vecinas y demás conocidas van teniendo hijos. Los años van pasando y familiares y amigos empiezan a plantear  las típica preguntitas de tipo de “¿cuándo pensáis aumentar la familia”? “como sigáis así, se os va a pasar el arroz” “que los hijos hay que tenerlos de jóvenes, que después vais a parecer abuelos en lugar de padres”... Al principio, no pasa nada, pero poco a poco se van produciendo situaciones incómodas en el caso de que la pareja estén buscando un embarazo durante un tiempo y vea que no puede lograrlo.

 La ilusión que produce la llegada de un bebé, apenas puede ser comparada con cualquier otro hecho, y esa ilusión va desapareciendo a medida que transcurren los meses y en uno tras el otro va llegando puntualmente la regla (en muchos foros de internet que tratan esos temas de infertilidad le llaman “la guarry”). La pareja, especialmente la mujer comienza a estudiar concienzudamente sus tablas de fecundidad, cómo evoluciona su moco cervical o el cuello del útero, con el único objetivo de conocer cuáles son sus días fértiles y así mantener relaciones sexuales durante esa etapa de su ciclo para poder quedarse embarazada. Todo aquello que antes era mantener relaciones sexuales por el simple hecho de hacer el amor y poner en ello toda la ilusión para concebir un bebé, se van convirtiendo poco a poco en relaciones sexuales programadas, con el único objetivo de concebir ese bebé tan deseado. Todo esto hace que la preocupación y ansiedad aumenten, al ver que el deseado embarazo no llega. Poco a poco, las ilusiones y los intentos fallidos, pueden convertirse en situaciones frustrantes que llevan a cualquier pareja a estados de tristeza, nerviosismo y frustración.

Algunas veces, la larga espera provoca que el desgaste físico y mental para la pareja sea muy alto. En muchos casos llega el desaliento y  el desánimo, y ese temor junto con las angustias que esta situación produce, empiezan a manifestarse a nivel físico y psíquico. Como consecuencia, se diagnostican muchos casos de depresión, materializadas en reacciones de malhumor y  llantos frecuentes,  donde la mujer no sabe muy bien lo que le ocurre, su sensibilidad está flor de piel y cual pequeña cosa supone un motivo para manifestar tensión y malestar. 

En estos casos, como regla general, la reacción y  comportamiento de dos miembros de la pareja son diferentes. En el caso de las mujeres que transcurrido el tiempo no logran quedarse embarazas suelen sentirse tristes y decepcionadas y, en muchos casos culpables por no poder dar un hijo al matrimonio. Sin embargo, los hombres suelen mostrar que no tiene tanta importancia, con el objeto de animar a su pareja que está pasándolo tan mal.

Sin embargo, una reacción común a los dos miembros de la pareja es el hecho de tratar de ignorar los motivos que les están impidiendo poder concebir, en muchas ocasiones porque intuyen que uno de los dos, o quizás los dos pueden tener algún problema, y eso arrastraría a una culpabilidad añadida, junto con una serie de pruebas y tratamientos que prefieren evitar. Esto es especialmente complicado en el caso del hombre, que siente que se podría estar cuestionando su masculinidad, si se concluye que existe algún problema con sus espermatozoides o con su aparato reproductor.

Los problemas de fertilidad, si no cuentan con el tiempo y el diagnóstico apropiado, van a dificultar que se consiga un embarazo, por ello es importante que se consulte con un especialista, que estudiará los diferentes factores que pueden estar afectando a la infertilidad de la pareja, entre los que podemos destacar la edad o los antecede clínicos pertinentes si no se logra el embarazo después de transcurrido un año de intento (tiempo que se reduce en caso de que la mujer haya cumplido los 35 años de edad) ya que especialistas en el tema afirman que la mayoría de las mujeres sanas logran concebir una vez transcurrido un año de haber iniciado la búsqueda del embarazo.

 En USA, un 10% de las mujeres con edades comprendidas entre los 15 y los 44 años, tienen dificultades para poder concebir o para lograr llevar a término su embarazo. Como vemos, la dificultad para concebir es algo muy frecuenta y, muchas veces, poco comprendido que afecta en la misma proporción tanto a hombres como a mujeres y sus causas van desde factores físicos, emocionales o incluso psicológicos (estrés, incertidumbre, depresión...).



Prepárate para concebir




Desde el primer momento, cuando te plantees ampliar la familia, es importante que pidas una cita con tu médico para que te asesore, antes de la concepción.

Darle a tu bebé el mejor comienzo en la vida significa poner en óptimas condiciones tu propia salud, antes de quedarte embarazada. Un examen físico completo de tres meses a un año antes de empezar a buscar un embarazo, le proporcionará a tu doctor un importante punto de partida para usar de guía durante tu embarazo, y también ayudará a determinar si estás físicamente preparada para tener un bebé.

El preparar tu cuerpo para el embarazo es tan importante como prepararte emocionalmente para este nuevo reto en tu vida. Además, es un proceso que puede tardar, al menos, un año.

Es posible que, en esta visita previa a tu embarazo, tu médico o ginecólogo te harán una larga lista de preguntas acerca de si están tomando algún medicamento, hierbas, suplemento o vitaminas. Querrá saber tu edad, sobre tu salud, estilo de vida, ejercicio físico, hábitos alimentarios, y cualquier posible exposición a riesgos ambientales en tu hogar o en el trabajo (por ejemplo, al exposición a productos químicos).

 Te preguntará sobre tu calendario de vacunas (si te has vacunado contra la varicela y la rubeola, por ejemplo). Si has tenido algún tipo de aborto anteriormente (si has sufrido abortos antes de planear una nueva gestación, el ginecólogo te asesorará adecuadamente sobre esto, ya que puede constituir una dificultad para conseguir un nuevo embarazo), si ha habido complicaciones en partos previos y cosas similares.

Querrá saber si has tenido problemas de ovulación o de menstruación, qué tipo de anticonceptivos estabas usando y te dará la información necesaria antes de dejar de utilizar ese anticonceptivo y cuánto tiempo debes esperar antes de intentar quedarte embarazada.

También necesitarás informarle de cualquier trastorno preexistente, tales como, por ejemplo, diabetes o hipertensión arterial (habrá menos complicaciones durante tu embarazo, si las tienes totalmente controladas) además de cualquier problema genético que haya en tu familia (síndrome de Down, fibrosis quística, etc.).

Por otro lado, te realizará una serie de pruebas para detectar si existe algún problema que pueda dificultar o impedir que te quedes embarazada o que tu embarazo se lleve a término. Algunas de estas pruebas son: una ecografía, citología, pruebas de enfermedades de transmisión sexual, análisis de orina, análisis de sangre, control de la presión arterial, vacunas, control de enfermedades parasitarias y virales.

Algunos de los complementos y consejos que tu especialista puede recomendarte son:

Ácido Fólico: Debes de empezar a tomarlo meses antes del embarazo. La cantidad suficiente de esta vitamina –es la vitamina B9-, es la clave para prevenir enfermedades importantes en tu futuro bebé, como la espina bífida(defectos del tubo neural).

Vitaminas y Minerales: Además del ácido fólico, se necesitan otra serie de micronutrientes esenciales para lograr un embarazo sano, como las vitaminas B12, vitamina D, el yodo o el zinc. Son fundamentales,  si sufres de algún tipo de carencia o si tu alimentación no es lo suficientemente completa y variada. Ten en cuenta, que las vitaminas nunca deben ser sustitutivas de una dieta equilibrada.

Alimentación: Una buena dieta que prepare el organismo para la gestación, es un factor básico para preparar tu cuerpo para la concepción. Desde el momento en el que una pareja  se plantea la posibilidad de concebir un bebé, necesitas una gran variedad de nutrientes para una gestación sana.

Ejercicio Físico antes del embarazo: Es recomendable hacer un deporte de bajo impacto, para lograr tono muscular. Los ejercicios de suelo pélvico están muy recomendados antes y durante el embarazo. 

Recuerda que esta consulta es un magnífico momento para preguntarle a tu especialista todas las dudas y problemas que te puedan surgir, antes de quedarte embarazada.